sábado, 13 de noviembre de 2010

La Mujer que lo Tiene Todo

En el blog anterior quise compartirles el Monólogo de una Mujer Moderna, una crítica bastante sarcástica, irónica y real de nuestra condición como mujeres liberadas. Pues bien, para dar un poco de continuidad al tema y no dejarlo solamente como una frustración sin tratamiento, hoy quiero comentar un poco un texto que se llama “La Mujer que lo Tiene Todo”, de Marcus Buckingham, y al que llegué luego de ver una serie de podcasts en Oprah.
Dice la periodista mexicana Adela Micha que en hoy día las mujeres debemos tenerlo todo: profesión, pareja, familia, hijos, imagen, éxito, etcétera, etcétera, etcétera. Todo gracias a la liberación femenina que inició hace unas décadas. Y esa búsqueda por obtenerlo todo y más nos está sacando de quicio y nos desgasta hasta hacernos sentir miserables. Por su parte, el inglés experto en temas laborales y de crecimiento personal explica que tenerlo todo NO significa tener todo lo que deseamos, a la misma vez, y todo el tiempo, sino darnos importancia a nosotras mismas, y así tener la satisfacción necesaria para encontrar el propósito en nuestra propia vida, y lograr cumplir nuestro rol como seres humanos (incluso propone realizar un test en línea para conocerlo en http://www.unamejorvidatest.com/). Y entonces es común que a partir de cierta edad, y luego de diferentes experiencias, empecemos a cuestionarnos si nos hemos preocupado por ser quienes queríamos ser, si logramos mantenernos como pensábamos, y si seremos capaces de ser felices y satisfechas a lo largo de lo queda de nuestra existencia. Claro, a menudo nos hayamos en una encrucijada donde descubrimos que aquello que teníamos o que anhelábamos simplemente se esfumó, aún sin saber por qué.
Marcus Buckingham en la sesión realizada
a 30 mujeres en el programa de Oprah
Así, la pregunta central es “¿Qué debemos cambiar cuando nuestro propósito se ha perdido?” En primera instancia, Buckingham dice que para realizar ese cambio requerimos de dos cosas: primero, FE para creer en él, y segundo VALOR para hacerlo posible. Y consolidar la fe y el valor se logra sólo si volcamos nuestra visión hacia nuestras propias fortalezas.
Resulta entonces que debemos entender que las fortalezas son aquellas cosas que nos fortalecen, que nos hacen sentir completas e importantes, aquello de lo cual tenemos completo dominio y control, y no necesariamente aquellas cosas que hacemos bien y que los demás nos dicen que somos buenísimas haciendo –porque a fin de cuentas, los demás sólo creen conocernos suficiente, pero la realidad es que sólo nosotras nos conocemos realmente bien, y sabemos cuáles son nuestras capacidades-. (Para empezar a trabajar en esto preguntate; ¿Conozco mis fortalezas? ¿Las aplico?) Por otra parte, según el experto, las debilidades –por redundante que suene- son aquellas cosas o acciones que me debilitan, no son las áreas en las que requiero mejora.
Otro punto que nos causa insatisfacción, aparte de no reconocer nuestras fortalezas, es la cantidad de elecciones que debemos hacer (qué papel cumplo, hago lo que me hace feliz, lo que me gusta o lo que me deja dinero, por ejemplo). Encaramos una amplia variedad de elecciones, y esto se convierte en un largo proceso de selección por la perfección, decidiendo qué hacemos, y luego dudando porqué lo hicimos, entonces surge la insatisfacción por la culpa o el remordimiento ante las alternativas tomadas y dejadas. Y no es que el tiempo no alcance para realizar todas nuestras decisiones; es que dividimos nuestra atención entre un sinfín de opciones a la vez. No nos especializamos en ser la persona que queremos ser, sino que nos entregamos en ser el ente multitarea para los demás.
Nota curiosa para Quien Quiere Ser Millonario: el nivel funcional de inteligencia de una persona baja 10 puntos cuando hace varias cosas a la vez, lo que equivale a perder una noche de sueño. Pero no sólo eso, sino que nos afecta también en la acumulación de grasa en el cuerpo. “Hacer más cosas en menos tiempo hace que trabajemos más despacio” ya que al tener más estrés hay mayor producción de cortisona y adrenalina, y a menudo la cortisona se aloja en el abdomen. Así que a priorizar intereses y esfuerzos.
A manera de conclusión, he seleccionado cinco postulados de los muchos que plantea Buckingham para nuestra reflexión y para que nos motiven a realizar los ajustes necesarios para lograr vivir la vida que queremos y tener todo lo que merecemos y deseamos:
  • Una vida plena no es lo que haces; es lo que sientes.
  • La plenitud tiene que ver con crecimiento y aprendizaje (sino te estancas).
  • No se trata de vivir el momento, sino de buscar el momento que nos haga sentir plenas.
  • Hay que darle importancia a los detalles, pues son intensos (y la intensidad es sinónimo de plenitud).
  • Hay que permitirse sentirse cansada, pero nunca abrumada y vacía.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Monólogo de una Mujer Moderna

Hoy quiero reproducir este texto, que me llegó al correo hace ya un par de meses, pero que tiene vigencia eterna. Es una posición en la que a menudo yo misma me encuentro, y en la que hemos coincidido entre varias mujeres, amigas, compañeras, familiares…
Se dice que en alguna ocasión Adela Micha leyó esta puesta al aire. No sé si será cierto o no que lo leyó, tampoco si fue ella quien lo redactó, pero es tan cierto y concreto,  y tan liberador, que tengo que postearlo. A lo mejor ya lo han leído, o quizás no, en todo caso, ¡disfrútenlo!
PD: le agregué unas imágenes de Maitena para concretizar el estado.

MONÓLOGO DE UNA MUJER MODERNA

Son las 6:00 am., el despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared, estoy acabada, quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc. Si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores. Todo, menos salir de casa, meter primera y tener que poner el cerebro a funcionar.
Me gustaría saber quién fue la bruja imbécil, la matriz de las feministas, que tuvo la  grandiosa idea de reivindicar los derechos de la mujer, y por qué hizo eso con nosotras, que nacimos después de ella.
Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas: ellas se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres de las huertas y educando a sus hijos. La vida era un gran curso de artesanos, medicina alternativa y cocina.
Y después se puso mejor; teníamos servidumbre, llego el teléfono, las  telenovelas, la píldora, la tarjeta de crédito,¡¡¡ahora el Internet!!
¡¡¡Cuántas horas de paz!!!
Hasta que vino una pendejita, a la que por lo visto no le gustaba el corpiño, ni dedicarse al hogar, vino a contaminar a varias otras rebeldes inconsecuentes con ideas raras sobre 'vamos a conquistar nuestro espacio'. ¡¡¡Qué espacio ni qué la chingada!!!
¡¡¡Si ya teníamos la casa entera!!! ¡¡¡Todo el barrio era nuestro, el mundo a nuestros pies!!!  Teníamos el dominio completo sobre los hombres; ellos dependían de nosotras para comer, vestirse... y ahora... ¿Dónde carajos están, dónde?
Acabamos muertas, ni hacer el amor queremos, nos  duele la cabeza, argumentamos mil tarugadas por cansancio...
Nuestro espacio... ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad, huyen de nosotras, como el diablo de la cruz, les damos miedo, tanta pinche independencia acabo por hacerlos huir o en el peor de los casos ya no saben que ellos mantenían la casa y nosotras terminamos  por mantenernos... ¡¡¡pues claroooo!!!
Ese chistecito, acabó llenándonos de deberes, y lo peor de todo, ¡¡¡acabó lanzándonos dentro del calabozo de la soltería crónica aguda!!!
Antiguamente los casamientos duraban para siempre. ¡¡¡Y ahora si te divorcias hasta hay que mantenerlos a los @#%&&&"#!!!
¿Por qué, díganme por qué, la liberación femenina????...que sólo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los machos...
Miren el tamaño del bíceps de ellos y miren el tamaño del nuestro. Estaba muy claro, cada quien en su sitio desde Adán y Eva....liberación femenina...esto no iba a terminar bien, ¡¡¡claro que no!!!
No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba, pero con bubis y trasero durito y bien parado, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, además de morirme de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas, que las canas son peor que la lepra; elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios, no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo, tener que resolver la mitad de las cosas por el celular, instalarme todo el día frente al PC trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, que además ni son mis pinches problemas!!!
Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, porque para llorar de amor, ni tiempo hay), ¡¡¡y mira que teníamos todo resuelto!!!
Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, sin hablar del  currículum impecable, lleno de diplomas, doctorados y especialidades.
Nos volvimos 'súper mujeres’. ¡¡¡Pero seguimos ganando menos que ellos y de todos modos nos dan órdenes estos cabrones!!
¿¿¡¡¡QUÉ PASAAAAAA!!!??     ¡¡¡YA BASTAA!!!
Quiero que alguien me abra la puerta para que pueda pasar, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, que me dé serenatas en la ventana. Si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar. ¿¿Para quééééé había que demostrárselo a ellos, a ver para quééééé??
Ay, Dios mío, son las 6:30 am y tengo que levantarme... ¡que fría está esta solitaria y grandísima cama!... carajos!!!!... quiero que un maridito llegue del trabajo, que se siente en el sofá, que disfrutemos de una cena juntos, que me haga el amor muy rico, que me haga sentir mujer.... porque descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera que atragantarme con un sándwich y una coca-cola light mientras termino el trabajo que me traje a casa, para variar.
No, mis queridas colegas, inteligentes, realizadas, liberadas... y... ¡¡¡abandonadas!!!!   Estoy hablando muy seriamente... Renuncio a  mi puesto de mujer moderna.

¿ALGUIEN MÁS SE SUMA...???????