¿Alguna vez te has preguntando si actuás con ética hacia vos mismo?
A menudo escuchamos que los seres humanos debemos actuar con ética ante las diferentes circunstancias que nos presenta la vida. Nos bombardeamos con ideas sobre la importancia de ser justos, ecuánimes y asertivos, y sin embargo, por lo subjetivo del concepto, son pocas las personas que logran definir qué es ética y mucho menos definir un código de conducta individual. Pues bien, en su libro “Los Cuatro Acuerdos”, Miguel Ruiz propone cuatro convenios muy puntuales que podemos asumir con nosotros mismos para alcanzar la tan anhelada libertad y la ética personal de una manera muy simple.
Este escritor y médico mexicano de origen tolteca explica que el verdadero control de la vida se logra cuando nos comprometemos con la transparencia. Y ser transparente implica ser íntegro y asertivo. ¿Pero cómo llegar a esa condición en el plano personal y profesional simultáneamente? He aquí estos cuatro principios de fácil aplicación y alto compromiso:
1. Sé impecable con tus palabras: hablá con integridad, decí lo que pensás y utilizá la energía de las palabras en dirección a la verdad. El poder de las palabras crea o destruye vínculos; usálas con cuidado.
2. No tomés las cosas a nivel personal: lo que otros digan o hagan no es culpa tuya. Cuando te volvés inmune a las acciones y opiniones de otros, evitás convertirte en víctima de sufrimientos innecesarios. Si te tomás las cosas personalmente te estás inyectando un veneno letal.
3. No asumás: un acuerdo simple que puede transformar tu vida. Comunicate tan claramente como puedas, preguntá lo que necesitás saber y expresá lo que querés decir. Sé asertivo y no des cosas por sentado, esto te ahorrará muchos dolores de cabeza.
4. Haz tu mejor esfuerzo siempre: evitarás el auto-juicio, el auto-abuso y la culpa. Ese esfuerzo te llenará de intensidad y productividad.
Aplicar estos cuatro acuerdos con frecuencia simplificará muchas de las decisiones y acciones que tenemos que ejecutar en nuestra labor como comunicadores. Sí es cierto que aunque son sencillos, requieren esfuerzo para implementarse con constancia (pues es muy fácil claudicar en el intento), pero a la postre significan un profundo beneficio no sólo para nuestros clientes, sino también para nosotros como individuos. Lo recomendable aquí es iniciar de adentro hacia afuera: si actuamos con ética hacia nosotros mismos será mucho más práctico ser éticos con los demás. Por eso, adoptemos estos consejos y hagamos de la ética un estilo práctico de vida que prepondere el autorespeto y la confianza en todas las direcciones.