El poder de la comunicación audiovisual es indiscutible, sobre todo en medios sociales. Al principio la transmisión de videos era casi exclusiva en plataformas como YouTube y Vimeo, donde podíamos ver imágenes prácticamente a disposición. Luego vino Vine, Instagram, y la resurrección de los GIFs, que nos permiten registrar, reproducir y revivir momentos particulares de una experiencia. Ahora, la evolución de la comunicación llegó a la transmisión de eventos en vivo en redes sociales, también conocida como live-streaming. Este no es un concepto nuevo, pero la disponibilidad de tecnología lo hace posible y accesible sí es una tendencia para este 2016.
Facebook, Periscope, Snapchat… cada vez son más las redes que permiten a marcas, personalidades y usuarios decir “estoy presente y quiero que vos estés conmigo”. ¿Un concierto al que no pudiste ir? ¿Una conferencia de interés en otro país? ¿Las vacaciones en el Caribe de tu artista favorito? Todas esas cosas las podemos disfrutar ahora al alcance de una transmisión que llega hasta nuestros dispositivos móviles y fijos gracias al live-streaming. Estas herramientas y aplicaciones no sólo trasmiten video (o generan contenido), sino que son el canal prefecto para compartir sus mensajes, sus acciones, sus eventos y sus voces con la audiencia más interesada y acercarlos verdaderamente con calidez hasta lograr una identificación casi inmediata que pasa de la buena percepción al adcovacy (actitud y comportamiento de apoyo).
Todos queremos sentirnos cerca de “los grandes” o al menos de aquellos que nos interesan, sean marcas, empresas o personas, y si bien la cercanía geográfica o temporal es casi siempre una limitante, la nueva cercanía virtual está reduciendo los grados de separación gracias a la experiencia de emisión y sintonización. Al final, lo que cabe preguntarnos es: “¿me siento ahí?”.