Aunque la tendencia mundial se inclina a hablar del trabajo en equipo, no se puede ignorar la importancia del brillo individual. Cada uno de nosotros constituye una marca individual y extraordinaria, en la que se integra una conexión entre el esfuerzo individual y el logro. A partir de ahí, debemos reconocer que somos nosotros mismos quienes podemos marcar la diferencia justo donde estamos; por nuestras características, no por ser uno más del grupo.
El Solista no es una persona antisocial, solitaria o disidente. Por el contrario, encaja sutilmente dentro de un grupo, pero generalmente juega en él con un expertise de líder o especialista, y se superará cuando pueda trabajar solo. ¿Pero cuál es la razón del éxito de las individualidades? Muy simple; entre más gente se involucre en un problema, menos serán los que aporten la solución. Así que entre menos personas involucradas, se darán mejores soluciones, o al menos mejor enfocadas.
El mundo del Solista está lleno de ideas que toman tiempo y espacio, pero que al mismo tiempo le permiten jugar con ellas, expandirlas, y concretarlas. Por eso es que el ser solista nace desde adentro. ¡Creé en tu propio potencial y verás en el poder de tu creatividad!
Algunos Principios del Solista
- Separarse del grupo no es negarse al grupo (todos ocupamos una espacio aparte).
- Lograr el éxito no siempre me hará popular (de hecho a menudo me traerá enemigos y me rodeará de envidiosos).
- La creatividad no se ajusta a una hoja de cálculo.
- Un genio no se apega a un reloj.
- "Yo también importo".
Identificá las interferencias
W. Edwards Deming, el padre de la mejora continua, explica que “el trabajador americano promedio tiene cincuenta interrupciones al día, y de las cuales el 70% no tiene nada que ver con el trabajo”. Estos distractores vienen desde E-mails (del tipo basura, sin contenido, con necedades, material no trascendente, etc.), gente adicta a la tecnología que trata de conseguirte por todos los medios, hasta la gente 24/7 -los que no se apagan ni tienen vida, y no te dejan tener vida-.
Combatí esta interferencia a través del método DRN: Delega, Retrasa, Niega. Delega alguna tarea menor a una persona de confianza; retrasa la entrega del pedido o la solicitud con una expectativa de respuesta ("haré lo posible por tenerlo para el martes"); y finalmente simplemente decí “No” –no tiene nada malo y es directo, claro y conciso. Claro, hacelo con delicadeza-.
Estas tácticas te ayudarán a mantener la cordura durante el día.
Otros distractores (o más bien actitudes y comportamientos roba-energías)
Creo que todos hemos sido víctimas de:
- La falta de respuesta -aquí se incluye la pseudo-respuesta (“Te entiendo”); la no-respuesta cortés de no aparecer, no contestar (“En este momento no se encuentra”, “Voy para una reunión”); la que parece que te están ayudando, pero todavía no te dan el sí (“Estoy averiguando”), y las que no te dicen nada (“Lo veré apenas pueda”).
- Los que hablan demasiado fuerte.
- Los tonos de llamada ridículos y molestos.
- Hablar por el speaker (aparte de molesto, es de muy mala educación por cierto).
- La falta de cortesía y normas de urbanidad.
- La falta de higiene de los demás.
- Las quejas constantes.
- Los desórdenes y la falta de limpieza.
- La gente que “se quita el tiro” –evade- una tarea.
- Cantar durante las horas de trabajo.
- Caminar con pasos pesados o arrastrados.
- Los movimientos constantes de manos y los tics.
Y por si eso no fuera poco, aún hay más tipos de gente que puede crisparte la piel diariamente:
- El que nunca está preparado (no lleva lapicero, no lee memos, etc.).
- El muerto de hambre (come mucho y a toda hora).
- El mal comediante.
- La hiena (se ríe de todo y por nada).
- El que no se calla (pasa hablando todo el tiempo).
- El cleptómano (se deja todo lo que pide prestado).
- El chismoso.
- El acosador y machista.
- El "invade espacios".
- El experto en efectos de sonido (hace ruido con lo tenga en sus manos o a su alcance).
- El que anuncia todo lo que hace (“Voy al baño", "voy por agua", etc.).
El escape
Por todas estas y muchas otras razones, es que sentimos que la convivencia diaria se nos vuelve como una camisa de fuerza, y necesitamos desesperadamente de una terapia de liberación. Es cansado, desgastante y tedioso tener que lidiar con estas conductas. Así que debemos buscar nuestra cueva; identificar el refugio donde podemos alimentar nuestra creatividad y productividad. Este es el lugar donde nos sentimos a gusto y adonde podemos ir en nuestro tiempo libre a recargar energías.
También podemos optar por viajar a nuestra propia isla paradisiaca, que no es más que aquél hobby, pasión o actividad que nos llena de inspiración y relajación. Por sencillo y corto que sea ese pasatiempo, debe ser liberador, y debe ser una razón que nos haga sentir vivos.
Y para complementar este resumen, los invito a ver este video de Susan Cain, autora de "Quiet, The Power of Introverts", quien concuerda en que un poco de individualismo -especialmente en las personas introvertidas- puede llegar a ser un detonante de creatividad.
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