sábado, 16 de febrero de 2013

Oda a la Emulación Inversa

Hay molestias que pesan en el corazón
Y la carga no se alivia con perdón ni tolerancia,
Porque el perdón no es olvido
Cuando el disgusto es constancia.
Y tolerar disminuye al otro
Mientras me pone en una cima
Mirándole sobre mi hombro
A costa del ego y la poca estima.

No quiero ser como esas personas
Que critican sus defectos en otras,
Diciendo “sos esto o sos aquello”
Sin primero valorar sus cualidades rotas.
Porque quien cree que hace bien juzgando
Sus propios traspiés en su par
Nunca se ha encontrado hablando a sí mismo
Buscando qué debe cambiar.

Y no se trata de aceptar o no los errores propios
Pues reconocer los defectos es signo de sabiduría y humildad,
Mas no es justo ni prudente
Disfrazar la virtud del otro como una falta.
Porque un mismo rasgo es diferente
En el joven, en el viejo; hasta en dos de la misma edad,
Lo que cambia es el ambiente
Y la expresión de la cualidad.

Evidente es cuando alguien quiere
Reducir a otro por miedo, envidia o terquedad,
Usando sus complejos como escudo
Y opacando su personalidad. 
Triste falacia hiriente
Que no acepta ni comprende
Que mi vida no es la suya y no tiene porqué serlo,
Mucho menos contaminada con falsedad.

Cada quien enfrenta sus obstáculos a su manera,
Algunos chocan con ellos, otros los superan.
Empero no es correcto extender
La propia barrera hacia otro
Pues además de deslealtad y enojo
La peor impresión es la de ser tormenta en el camino.
Mejor es no hacer ningún viaje cansino
Y vivir la vida tal cual.


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