Probablemente, para ser un relacionista público hace diez años no
era necesario tener mayores habilidades o conocimientos acerca de las artes
visuales como hoy en día. En nuestro contexto, nos hemos concentrado
principalmente en crear contenidos fuertes para exponer las bondades de
nuestros clientes en los titulares de prensa. No obstante, el escenario de la
comunicación ha evolucionado y ahora nos enfrentamos a retos mucho más dinámicos.
Uno de ésos desafíos es la inmediatez. Nuestro mundo es visual e interconectado y está dominado por la velocidad en la que se revela, comparte o extiende la información, (eso no es nada nuevo). Pero la inmediatez también está relacionada con la rapidez necesaria para crear un vínculo entre una marca o empresa y sus públicos; un vínculo que se basa en las impresiones absorbidas por los sentidos. De esta manera, el poder comunicativo de una imagen se mantiene como la manera más instantánea, expresiva y persuasiva de todas las formas de comunicación. Debido a que un mensaje fuerte no requiere necesariamente de palabras, este puede comprenderse a partir del color, el encuadre, el movimiento, y aún así, llegar a las emociones y razonamientos de las personas. Por eso, los profesionales en relaciones públicas debemos especializarnos en las artes visuales con el fin de fortalecer nuestros esfuerzos y lograr un alto impacto. En resumen, la razón número uno para expandir nuestros conocimientos visuales es para alcanzar un impacto inmediato con los públicos de interés y las audiencias.
Además, el encanto de las imágenes y el storytelling están transformando la forma en que se presenta el
contenido. La realidad nos muestra que la gente ahora lee más y más imágenes:
los usuarios están migrando de Facebook a Instagram; Twitter introdujo Vine, su
propia aplicación de video; YouTube y Vimeo desarrollaron plataformas móviles
para grabar y cargar vídeos al instante; y los sitios web corporativos, al
igual que los medios de comunicación, incluyen enlaces a estas plataformas. Las
salas de redacción están incorporando más community
managers expertos en este campo, y a la vez, integran más aportes del
público, porque la comunicación visual se ha convertido en una nueva tendencia
en publicity -y con valor real-. Para
una marca o empresa, el valor de que una de sus imágenes o videos se vuelva viral
o al menos llame la atención del público es incalculable. Por lo tanto, una
segunda razón para volvernos expertos en artes visuales son las nuevas formas de lectura y el publicity.
Por último, cuando los relacionistas públicos confiamos en las
estrategias visuales y sus gadgets, tenemos una probabilidad más alta de generar un compromiso fuerte y duradero con
el público. La comunicación actual es más digital y visual que nunca: contamos
con teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores portátiles que están llenos
de aplicaciones para capturar y editar fotografías y video, y los usuarios han sabido
sacarles partido para definir sus gustos e identidades. ¿Por qué no habríamos
de relacionar nuestros productos o negocios a través de estas herramientas? Con
el cambio, debemos recordar que nuestra meta consiste en establecer una
relación con todas las voces de los stakeholders que rodean a nuestros clientes.
¿No sería agradable tener una realimentación visual positiva de ellos que también
podamos compartir?
Puede ser que necesite un poco más de tiempo para pensarlo, pero
por favor considérelo: la comunicación visual se ha convertido en la mano derecha
de las relaciones públicas (la primera siempre ha sido el mensaje). El poder de
convencimiento de una imagen es inmenso; transmite un significado completo y
crea una reacción inmediata en el espectador. ¿Está listo para aprovecharla?
Si todavía tiene alguna duda, por favor lea este artículo publicado
por PR Daily y déle una segunda consideración: ¿Cómo Honda
utiliza Vine para interactuar con los consumidores?
Tres aplicaciones móviles para capturar video y compartir en redes son Instagram, Vine y Viddy, aunque también es posible utilizar YouTube Capture y Vimeo. |