¿Relaciones públicas en la Iglesia? Más que necesarias, obligatorias
No es que quiera ponerme religiosa ni mucho menos, pero desde hace un mes hay un asunto que viene oliendo a alboroto en la iglesia de mi comunidad, y no se trata de otra cosa que falta de visión, compromiso y sentido común.
Resulta que luego de catorce años y por motivos que no se conocen -y que de conocerlos no tendrían justificación-, han cambiado al cura párroco de la iglesia. Tengo que decir que Santo Domingo verdaderamente contaba con un guía y mentor genuino, no solamente un sacerdote más. Y aunque nuestra parroquia siempre ha contado con excelentes pastores, el Padre Freddy se convirtió en nuestro amigo y compañero. Siempre se ha caracterizado por ser una persona enormemente ecuánime, estudiosa de todos los temas que pudiera llegar a conocer, desde los propios asuntos de doctrina y dogma católicas, hasta música popular, ciencia, cultura, psicología, relaciones humanas, literatura, pedagogía y demás. Su apertura al diálogo con practicantes de todas las religiones y denominaciones siempre me impresionó, porque ha demostrado que ser creyente no tiene nada que ver con fanatismo. Al contrario, ser creyente conlleva a practicar lo que se cree, y a compartir con otros tanto la visión propia como a aprender de la ajena. Conversar con él es una real exquisitez! (tan lindo y enriquecedor como lo es conversar con cualquier adulto mayor también).
Su personalidad alegre y jovial, aunada a su profunda formación le hizo ganarse el respeto de todos los domingueños, fueran a misa o no, estuvieran en las calles o no, lo conocieran o no. En una palabra, es lo que podemos definir como un líder. Sí, porque su carisma logró que tuviera seguidores y admiradores, algo que no muchas personas pueden lograr ni en sus propios hogares o trabajos.
Procesión frente a la Iglesia del Rosario, Santo Domingo de Heredia
Supo valorar los intereses de la comunidad en cuanto a prácticas catequizantes: nunca redujo los horarios de las misas, acercó a jóvenes a la iglesia y a los ricos con los pobres (y en este cantón hay muchos de ambos), y fortaleció las procesiones con sus prédicas (Santo Domingo es una de las pocas ciudades donde todavía existe la costumbre de realizar procesiones en Semana Santa y en algunos otros santorales y días festivos, incluso hay visitantes del resto del país y fuera de él que vienen a apreciar una fiesta que va más allá del cumplimiento religioso; porque la gente decora y engalana las calles con flores, globos y altares, hay un grupo que se dedica a vestir las bellas y artísticas imágenes de tamaño real, aún hay niños que desean ser monaguillos para sonar las matracas y "lanzar" el incensario lleno de humo a la gente, suena como un hermoso pueblito antiguo, verdad?). Con esto no quiero decir que la gente hiciera con él lo que quisiera, por el contrario, él supo cómo podía maximizar toda su experiencia y capacidad evangelizadora con las oportunidades que nuestra comunidad brindaba.
Pues bien, resulta que por ordenamiento de la arquidiócesis, lo han trasladado de parroquia -donde tendrán el gusto de convivir con él-, y ahora viene otro sacerdote a hacerse cargo de nuestra comunidad. Cuentan los rumores (porque yo no he logrado ver nada todavía, aunque las fuentes son muy confiables) que el nuevo párroco ha enviado una carta comunicando sus nuevas disposiciones. Y dentro de ellas se mencionan cosas como que eliminaría la misa diaria de ocho de la mañana (la que se llena a media iglesia con señoras de más de 70 años en promedio, las mismas que oran por todos nosotros), la Hora Santa de los jueves (una práctica de fe que cualquier parroquia desearía con volver a contar en estos días), los grupos apostólicos, y las procesiones. La reacción: incomodidad y rechazo total de parte del pueblo.
Desde el punto de vista de las relaciones públicas, podemos ver cómo un mal manejo de la comunicación y la premura pueden dar al traste con la imagen personal de una persona que debe ser guía (espiritual y comunal), y de cómo tal acción puede repercutir dolorosamente en el proceso de diálogo y conciliación. A fin de cuentas el público meta en cuestión es toda una parroquia (creyentes practicantes) y el externo toda una comunidad (un distrito entero). Un poquito de espera e investigación -aunque lo más sencillo y fácil es la simple observación-, le podrían dar una visión más completa y acertada al nuevo cura párroco: vería que las señoras que van a misa lo hacen primero por su fe, y luego porque es casi la única actividad social que tienen ("marketing relacional"). Muchas se levantan y se arreglan para salir a misa porque es la única actividad que hacen fuera de sus hogares, junto con los menesteres de compras. es allí donde aunque sea por una hora y con pocas palabras entre sí pueden ver y saludar a sus congéneres, y sentir que todavía participan de una sociedad acelerada que a menudo las ignora o las deja en el letargo.
Procesión del Santo Entierro - Viernes Santo
(la cimarrona local toca "El Duelo de la Patria")
Imágenes y procesiones en Santo Domingo
(no es un video bien editado, pero captura la esencia)
Podría ver que la experiencia de las procesiones no es tan aburrida ni monótona como parece, sino que es atractiva y evangelizadora -y si aprecia el arte, se daría cuenta de que las imágenes son impecablemente bellas, aunque la imagen de Jesús Nazareno es completamente de una dimensión espectacular: tiene más de 330 años-. Si no fuera por esta recreación ilustrativa de los tiempos bíblicos muchos ni se acercarían a la iglesia, otros no interiorizarían la Pasión de Nuestro Señor, y otro tanto ni le dedicaría tres días a su fe (si se tratara de una actividad empresarial, estaríamos hablando de una feria o actividad de puertas abiertas. Y también, tomando en cuenta que estas procesiones con muy buscadas y reconocidas, podemos ver un claro "reconocimiento de marca" en esta parroquia). Por otra parte, podría ver que es una bendición y casi un milagro que sean los jóvenes los que se encarguen de decorar la iglesia y organizar actividades de acercamiento entre los habitantes (un grupo de interés muy destacado que logra hacer teambuilding o integración de equipos, no les parece?). Y que todas esas actividades, la Hora Santa, y las ocasiones para compartir con la comunidad son oportunidades para crear CRM (Customer Relationship Management, o gestión de relaciones con el cliente). Y finalmente, se hubiera percado de que enviar una carta como la mencionada, con anuncios como los alegados, sería SPAM o publicidad no deseada, y de la cuál muchos querrán desinscribirse.
De corazón, como cristiana católica, creyente y practicante me duele ver que tales atrocidades podrían pasarle a nuestra iglesia -sería un desperdicio de recursos ya probados y comprobados-. Y como profesional de la comunicación me sorprendo más porque no puedo concebir cómo una vocación como la sacerdotal -que está llamada a acercar y unificar, y que depende de las relaciones públicas al ciento por ciento- podría tirar por la basura toda la capacidad y potencial que un pueblo le ofrece para que ejerza el llamado que atendió, la profesión que escogió, y la labor que se le asignó.
Que nos sirva de experiencia para reconocer que nuestra labor como servidores públicos -sea en asuntos de fe, de gobierno, de salud, comerciales, y hasta como simples seres humanos- es una pieza entera entre lo que somos y lo que hacemos, lo que damos y lo que obtenemos. En un sólo caso vemos un ejemplo de éxito, y otro de lo que hasta ahora es deséxito y bien podría terminar en fracaso.
(Esta historia continuará cuando conozcamos al nuevo sacerdote...)
PD: al Padre Freddy le estaré eternamente agradecida por darme una cátedra de humanismo, profesionalismo, e integridad, a través de sus pláticas, sus prédicas y su ejemplo (aún cuando nunca se lo propuso).
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