Algunos libros te marcan de por vida; otros simplemente te ayudan a poner en perspectiva tus fortalezas, tus debilidades, tus deseos o hasta tus propias realidades.
"La Vaca", de Camilo Cruz, es uno de esos libros que hay que leer para saber conocernos mejor y para saber si estamos cerca de nuestras metas en la vida... si es que las tenemos.
¿Cuántas excusas hay en el camino hacia tus sueños? ¿Cuántas te fueron impuestas? ¿Cuáles las inventaste y terminaste creyéndotelas? Este es un boceto resumido de un pequeño gran texto.
Si podés, conseguí el libro o el audio libro y hacé una introspección rápida y clara. Descubrirás que vale la pena y verás tu vida y tu futuro con otros ojos .
miércoles, 17 de octubre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
Si Harry Potter dirigiera General Electric
¿Quién diría que una de las grandes obras literarias
contemporáneas dirigida para niños y adolescentes encubriría secretos clave de
liderazgo? Bueno, a lo mejor esa no fue la intención de J.K. Rowling cuando
escribió Harry Potter, pero sí fue la manera ingeniosa en que Tom Morris asoció
la fascinación que los adultos pueden llegar a sentir al leerla.
Cuando Morris se percató de que las
personas de negocios leían la saga mientras viajaban y esperaban en
aeropuertos, supo que no sólo estaban supervisando la lectura de sus hijos,
sino que también descubrían esos “pequeños grandes” consejos que les ayudarían
a liderar e innovar en sus campos profesionales, e incluso a cambiar el rumbo
de sus empresas. Y para eso tomó como ejemplo a una compañía ícono a nivel
mundial. En sus propias palabras, la decisión de elegir a General Electric como
punto de comparación con Hogwarts se debe a que la empresa es la compañía
emblema de los negocios (además de ser reconocida como “La Casa de la Magia”).
Con un estilo que combina la narrativa
con el análisis, el autor parte de los personajes principales y las situaciones
y dilemas que enfrentan, para explicar cómo debería actuar un buen líder
en su empresa, abarcando desde una ejecución con excelencia, hasta la
valoración de problemas y riesgos y el trato hacia otros colaboradores.
Los siete capítulos del libro se estructuran a partir de los principios fundamentales del liderazgo, como la necesidad de contar con la guía de un mentor –ojalá de la talla de Albus Dumbledore-, la formación del carácter, el fortalecimiento de las relaciones con los amigos y la honestidad como eje central de nuestras acciones. Mención aparte merece la sección dedicada al análisis de la ética, pues pocas veces se ha presentado una definición tan clara e inspiradora de este principio.
¡Muy recomendado!
Los siete capítulos del libro se estructuran a partir de los principios fundamentales del liderazgo, como la necesidad de contar con la guía de un mentor –ojalá de la talla de Albus Dumbledore-, la formación del carácter, el fortalecimiento de las relaciones con los amigos y la honestidad como eje central de nuestras acciones. Mención aparte merece la sección dedicada al análisis de la ética, pues pocas veces se ha presentado una definición tan clara e inspiradora de este principio.
Y por si aún quedan algunas dudas de si verdaderamente
vale la pena leer este libro, basta leer la contra cubierta para querer salir a
comprarlo: “Si bien es cierto que Harry Potter vive en un mundo de magia.
Morris pone en evidencia que los problemas más difíciles que deben afrontar
Harry y sus amigos no suelen resolverse sólo mediante sortilegios. Se superan
con inteligencia, razonamiento, creatividad, planificación, determinación,
lealtad, confianza, amistad y otras virtudes y cualidades que permiten lograr
el éxito en cada aspecto de la vida cotidiana.”.
jueves, 27 de septiembre de 2012
La creación de opinión pública a través del sétimo arte
Pocos medios de
comunicación tienen un impacto tan integral en la transmisión de un mensaje al
mundo entero como lo tiene el cine. Aunque quizá es el recurso más caro en
relación a costos de producción, sin lugar a dudas es el más efectivo, directo,
real y universal en lo que se refiere a generación de opinión pública, ya que
presenta una infinidad de características que apelan a la emotividad y a la
condición humana.
En 1991, Kimball
Young definió el término opinión pública “como un juicio de valor, una
impresión, una interpretación de un hecho que se da en el seno de un grupo de
individuos con el fin de darlo a conocer a todos”, y además especificó que para
que un hecho o idea sea considerado tema de opinión, este debe cumplir con
cuatro requisitos indispensables:
Actual - Controversial - De interés - Del dominio público
Tal y como lo explica
Marshall McLuhan, existen medios a “bidimensionales” como los impresos o
radiofónicos, que involucran la participación de dos sentidos simultáneamente,
como la vista o el oído y la imaginación (y no por eso dejan de ser completos o
eficaces). Sin embargo, el cine es un recurso multidimensional: además de la
vista, el oído y la mente, puede llegar a desatar reacciones físicas e
impresiones emocionales duraderas ante la imagen en movimiento y el mensaje que
esta comunica, siendo todo esto provocado en un espacio y tiempo únicos. De
manera derivada podemos concluir que los medios audiovisuales nos influencian
cada vez más en la formación de nuestras actitudes y acciones, e incluso en la
formación de nuestras opiniones en temas sociales y hasta políticos, quizás
mucho más que la misma prensa, gracias a una experiencia casi vivencial.
El escritor,
cineasta, y crítico de cine Roberto Palmitesta amplía esta idea en su ensayo titulado
“El cine de tesis y la opinión pública”, al explicar que:
En efecto, medios como el cine y luego la televisión
(cuando transmite un filme con mensaje) tienen elementos emotivos y dinámicos
que no pueden ser comunicados efectivamente sólo por medio de la palabra, por
más que se utilice frases ingeniosas o ilustraciones impactantes. […] Los
comunicadores, ahora convertidos en valiosos asesores de publicistas,
relacionistas y políticos, conocen esas fortalezas de los medios audiovisuales
y las han aprovechado intensamente desde el inicio del cinematógrafo hace poco
más de un siglo. Ya mucho antes que eso, desde las primeras muestras de formas
gráficas, los hombres han utilizado el arte para expresar sentimientos e
influenciar al espectador para que concordara con sus emociones o mensajes.
Ahora bien, es
necesario aclarar que aún con todo el potencial de transmisión de emociones que
tiene la cinematografía, el uso de cada uno de sus elementos requiere un
planeamiento meticuloso y dirigido. En este sentido, la producción
cinematográfica es aún más rigurosa, pues las dimensiones de su impacto son
magnificadas no sólo en su amplísima pantalla, sino también en los miles de
asistentes a salas de proyección que buscan un rato de ocio y en ocasiones algo
más.
El desarrollo de
una película es un proceso basado ciento por ciento en la comunicación, de eso
no hay duda. En primera instancia, para concebir una película debe existir una
intencionalidad: el deseo de transmitir o compartir una idea; un concepto. A
partir de aquí, el guionista es el responsable primario de crear un argumento
no sólo realizable y coherente, sino también lo suficientemente atractivo como
para crear una relación con el espectador. Claro está, esta relación o vínculo
es el portillo para ganar terreno en la formación de opinión.
De un concepto a la opinión pública: el
camino hacia la persuasión masiva
Cual si fuera una
venta, una vez concluido el guión, el escritor debe construir su discurso para
convencer a la empresa productora de que su creación o adaptación es valiosa y
digna de ser realizable, y además, merecedora del apoyo popular. Si sus
mensajes fueron bien construidos, lo siguiente es persuadir al director y los actores
de que participen en su obra. Hasta este punto, y aún sin comenzar a rodar, el
proceso comunicativo ha sido el hilo conductor para llegar a realizar la
película. Tan sólo ha sido necesario contar con la convicción necesaria del
poder de una idea y las palabras o acciones correctas para llegar a los
realizadores. El guionista empieza a probar que puede convertirse en un
generador de vínculos y opinión.
Posteriormente,
inicia una segunda fase de planeación de la comunicación. A través de la
producción cinematográfica, todos y cada uno de los participantes involucrados
coordina milimétricamente cada elemento, expresión o movimiento para lograr una
reacción esperada en el espectador, una vez que vea la proyección de la
película.
En el cine, el
mensaje es sensitivo, nítido y explícito: “Lo que ves es lo que tienes”. La
semántica está dada, aún cuando no se recurra al lenguaje verbal. La simpleza
de contar con los escenarios ya definidos por el autor-director facilita la
estandarización en la decodificación del mensaje. Aún frente a una pantalla de
televisor (ni qué decir de las salas de proyección) la virtualidad de la imagen
se torna real y tangible: la intensidad de la luz, los movimientos de seres y
objetos, la velocidad de estos movimientos, las temperaturas, los aromas, los
sentimientos… Todo es perceptible a través de la pantalla. Siguiendo una
estrategia definida, el escenario, la composición de la imagen, el movimiento
de cámaras, los ángulos de las tomas, los sonidos de ambiente, la música, los
efectos especiales y todos los demás componentes del lenguaje cinematográfico
se conjugan detallada y sutilmente para despertar las reacciones más diversas
(e intencionadas). Colores fríos y oscuros e imágenes fijas y abiertas son los
aliados de la melancolía y en ocasiones el miedo. Mientras tanto, los colores
cálidos, el movimiento y los acercamientos se combinarán para revitalizar las
acciones y encender emociones llenas de adrenalina. Ahora, el poder de la idea
toma vida a través de la imagen y el sonido, y se impregna en el espectador, absorbiéndolo como un
protagonista más.
¿De qué forma interactúan estos mensajes
sobre el ser humano?
Esta transferencia
de sensaciones da pie al elemento esencial en la construcción de la opinión: la
afectividad. Tras un buen guión debe existir una gran producción, pero sin una
realización asertiva la película pierde su sentido. Es aquí donde la labor del
director es fundamental en el éxito del filme.
Todos los elementos
conjugados en el tiempo y el espacio deben acercar al espectador a la vitrina
de una realidad irreal –así de paradójico-, e inmiscuirlo dentro de la trama
como un protagonista- observador omnipresente. ¡Qué mejor opinión se puede dar
sino la propia experimentación! Tómese en cuenta que la vivencia real o virtual
sienta las bases de un criterio fundamentado. El ser humano se expresa con
decisión y fervor cuando comprende y se identifica con el tema a tratar.
Al observar una
película se experimentan diferentes niveles de interacción. En un primer nivel,
surge una experiencia sensorial
en el espectador. Desde su butaca, él mide las proyecciones y se deja atrapar
hasta interiorizarlas. Mucha de esta experiencia se debe también a las
condiciones del espacio de observación (un recinto cerrado con una megapantalla
que absorbe al público tan pronto inician los trailers).
Como segundo plano,
se establece una relación entre el lenguaje verbal/no verbal y el sistema
cognoscitivo: imágenes, sonidos fonéticos, sonidos musicales, ruidos y señales
que otorgan a la imagen una amplia gama de referencias culturales de
reconocimiento y codificación.
“Pasa en la vida,
pasa en TNT” dice el slogan del popular canal de cable. Con esto, se quiere dar
a entender que las películas no se ven; se viven, penetran en nuestros sentidos
de una manera tan íntima y tan inmediata que llegan a delimitar nuestra forma
de entender el mundo, debido al contenido ideológico y filosófico mediante el
cual se transmiten valores, se exaltan acciones heroicas o se reprimen
conductas indeseables en la sociedad. Este intercambio cognoscitivo corresponde
a una interacción social entre
los creadores de la película y su público, donde comparten o discuten las
normas, valores o creencias que influyen en el espectador por conveniencia
social.
En tercer lugar, todo
el mensaje cinematográfico origina una interacción humana y personal, puesto
que existe una identificación y proyección de los roles de los personajes con
la vida propia de los espectadores. El cine es un reflejo de las distintas
realidades que vivimos: nos muestran nuestros miedos, inquietudes, anhelos e
ideologías. Como medio masivo, el séptimo arte es un perfecto vehículo de
comunicación, sin importar si las películas son independientes o
superproducciones de Hollywood. Su ciencia radica en utilizar como eje central
un tema de interés abordado desde una óptica humana o social, donde el
espectador se vea involucrado.
Desde los inicios del cine, este medio fue utilizado
por comunicadores visionarios no sólo para entretener o para hacer dinero, sino
para expresar sus opiniones y hacer crítica social. De este modo se empezó a
mostrar –además de secuencias documentales, dramáticas o cómicas-- toda una
variedad de tramas inteligentes y polémicas, a veces prestadas de la literatura
y el teatro, que transmitían un mensaje diseñado para influenciar la actitud
del público y moverlo a cambiar opiniones y –quizás– modificar ciertas
situaciones sociales claramente inconvenientes. Los primeros intentos serios se
remontan a las películas de Griffith, quien con películas como El Nacimiento de
una Nación e Intolerancia quiso mostrar la génesis cultural de su país y
diversos conflictos históricos, comentando así sobre fenómenos como el
nacionalismo, la esclavitud, los abusos del poder y la intolerancia ideológica.
Había nacido en Hollywood el “cine de tesis”, medio que buscaba comunicar ideas
y mensajes, con prioridad –o simultáneamente- a la función de entretener o
lograr una ganancia financiera.
El cine de tesis y la opinión pública
Aunque generalmente
se ha sugerido que la creación de opinión a través del cine se genera a través
de documentales, lo cierto es que este no el único género mediante el cual se
puede lograr formar una actitud. El drama, la comedia, la biopic, el cine mudo,
las historias basadas en la vida real… en fin, existen tantas formas de lograr
transmitir un mensaje y crear empatía siempre y cuando el argumento y la
utilización de los recursos audiovisuales sean empleados en forma asertiva.
Películas como “Tiempos modernos” con Charles Chaplin como protagonista, han
servido como plataforma de crítica social ante la era industrial y las
condiciones laborales. Otras como “La Lista de Schindler” de Steven Spielberg
han moldeado las percepciones del público en torno al tema del genocidio judío
durante la Segunda Guerra Mundial. Un ejemplo adicional de un asunto todavía
más reciente es “Mi nombre es Khan” del director Karan Johar, en la que se
retrata la discriminación sufrida por un hombre hindú con síndrome de Asperger
en la sociedad estadounidense años después de los atentados del 11-S.
Sin embargo, estos
nos son los únicos temas en los que el cine ha tratado de crear conciencia o
generar debate público –aunque sea de forma sutil-. A lo largo de la historia,
directores, guionistas y productores han provocado argumentos de discusión y
opinión alrededor de tan variados como los siguientes:
- Religión
- Crimen organizado
- Corrupción política
- Tráfico de influencias
- Explotación laboral,
- Desigualdad racial y de género
- Conflictos bélicos, raciales, sociales
- Pobreza
- Justicia
- Derechos humanos
- Liderazgo
- Educación
Palabra e imagen empoderadas: la función didáctica del cine
En épocas donde ha prevalecido gradualmente el
racionalismo, o sea en los últimos tres siglos, se debió buscar maneras más
sutiles y efectivas –además de la oratoria y la palabra escrita– para
influenciar las opiniones de los ciudadanos, por lo que el realismo de la
fotografía –y luego la imagen en movimiento y la banda sonora– llegaron en el
momento oportuno gracias a inventores pioneros como Bell, los Lumiére, Edison y
Eastman. Pero más profunda aun ha sido la contribución de los productores,
directores, guionistas, técnicos de efectos y los actores, al posibilitar el
desarrollo del cine como el arte más dinámico e influyente del último siglo,
impacto que prosigue con más ímpetu durante la renovada popularidad de la
televisión satelital, que –además de difundir más ampliamente las abundantes
obras cinematográficas– está ayudando a informar, educar, entretener e
influenciar a grandes contingentes de personas en todos los rincones del mundo.
El cine de tesis y la opinión pública
Aunque el cine es
una gran fuente de entretenimiento, no se le puede ver única y exclusivamente
como tal. El cine, como medio de comunicación masiva debe ser aprovechado como
un recurso didáctico siempre que sea posible, partiendo si se quiere desde la
perspectiva de la narración histórica.
Dadas las
características comunicativas y transmisoras mencionadas en la sección
anterior, el cine funciona como una herramienta atractiva para favorecer el
análisis y la crítica de los temas que presenta. Puede además transmitir
conocimientos y dar pie a la propuesta proactiva, en donde se motive a los
espectadores a ser partícipes de una iniciativa o movimiento. El cine puede ser
también un vehículo de denuncia social, sin llegar a ser necesariamente
condenatorio. De este modo, el sétimo arte puede convertirse en un generador de
opinión pública, reafirmador de identidad cultural o disparador de innovación,
según sea el caso.
Así lo proponen
diferentes autores. Por ejemplo, Suzanne Langlois, profesora de Historia de
Glendon, se ha dedicado por muchos años a investigar el papel que juega el cine
en la formación de opinion pública. Para ella el cine es un medio que
ciertamente puede ser explorado a profundidad por los historiadores, dado que
es hasta hace poco tiempo que las películas han sido reconocidas como fuente
primaria de investigación científica. Su tesis de doctorado examinó la
proyección de la Resistencia Francesa a través del cine francés durante cinco
décadas. Posteriormente, en 2001 y con el apoyo de la editorial L’Harmattan,
publicó el libro “La Résistance dans le cinéma français: 1944-1994”.
Bibliografía
Rojas, W. (2008).
Opinión Pública y Cine [Diapositiva]. Heredia, 9 diapositivas
Palmitesta, R. (2002). El cine de tesis y la opinión
pública. Analítica.com. Accesado desde http://www.analitica.com/va/arte/dossier/7210911.asp
York University.
2012. Suzanne Langlois: Examining the role of cinema in shaping public opinión.
Accesado desde http://www.yorku.ca/yfile/archive/index.asp?Article=8438
domingo, 16 de septiembre de 2012
En ruedas y a pie: la corrupción tica no es exclusiva del cuello blanco
Siempre he pensado que en este pequeño país muchas personas lanzan la piedra y esconden la mano: critican al gobierno de turno por todos los males que nos aquejan y le echan la culpa a quien se encuentre en la silla presidencial, hayan votado por ese representante o no (poque claro está, quienes más critican son quienes se ausentan de las urnas electorales aduciendo una falsa carencia de opciones y evitando su cuota de responsabilidad en la formación y presenvación de la nación). Pues bien, esta semana presencié varias acciones que me comprueban cada vez más que la corrupción se ha encarnado en la población y no se limita simplemente al beneficio propio o a la apropiación indebida de dinero.
Tras un cuadro crónico de migraña, me fui a solicitar una cita a la clínica de la CCSS para que valoraran mi caso. Luego de levantarme temprano y hacer fila por casi una hora, me llevo la sorpresa de sólo se asignaron cerca de quince espacios para atención en la mañana, lo que prácticamente me deja sin oportunidad de atención. Pero, ¡oh sorpresa! varios minutos antes de que me entere de esta situación, un médico pasa al área de recepción a "dejar unos papeles" para un fulano -beneficiándole con un espacio para atenderlo-. Tal práctica ya es constumbre en este mismo médico, pues la semana anterior hizo lo mismo frente a mi mamá, solicitando una cita para un "amigo suyo" que se presentó in promptu a media mañana. Como podrán ver, el tráfico de influencias también viste gabacha blanca, pues ya la prenda no es exclusiva para quien atiende a pacientes, sino también para administrativos (#sarcasmo).
Sin embargo, este no es el único caso que me deja con un mal sabor de boca. Esta misma semana, mi hermana madruga para ir a solicitar una cita con un especialista en el hospital y cuando llega, tras de que la "recepcionista" no puede asignarle la cita ni realizarle la apertura de su expediente, le dice que tampoco puede darle el comprobante de atención para que justifique su llegada tardía al trabajo, porque ella no hizo nada. ¿Han visto ustedes alguna vez un nivel de egoísmo y falta de respeto tan grande en una ventanilla del Seguro? De verdad que hay gente que no trabaja; simplemente están sentados esperando recibir un cheque cada quincena.
Y la tercera prueba de que en Costa Rica ya impera la mala voluntad es la siguiente: espero el bus en La Uruca, es hora pico (5 pm), a la distancia se escucha la sirena de una ambulancia, frente a Abonos Agro se hacen tres carrilles para bajar a la Pozuelo (los carros invaden la isla amarilla), la sirena sigue sonando pero la ambulancia no puede pasar, se queda en medio de la presa porque los choferes que quieren dar campo no pueden y los que pueden no se mueven, y cuando finalmente encuentra un espacio, uno de los carros adelanta para aprovechar el espacio... Mi cara es de incredulidad y una señora a mi lado justifica lo que pasa diciendo "es que las ambulancias se aprovechan y ponen la sirena para comerse la presa". En ese momento ya me ponía a discutir un poco cuando apareció otra ambulancia con una sirena aún más fuerte. Era evidente que ambas llevaban pacientes de urgencia. Yo me pregunto a este punto: es válido imposibiltar la salud o vida de otra persona por el simple hecho de suponer que el chofer de la ambulancia es un "vivazo" que quiere ahorrar tiempo? (Y aun si quisieran comerse la presa, es necesario que las ambulancias siempre estén en el punto de salida -hospital o clínica- para poder atender la emergencia cuando esta presenta). Esa es una acción irresponsable!!! Podríamos contribuir a que un paciente muera... Y ese paciente podría ser familiar o conocido nuestro. Por favor, no generalicemos el mal comportamiento. No caigamos en esta otra forma de corrupción casi homicida.
Ya mucho se ha hablado de las crisis que enfrentan las instituciones públicas en nuestro país. Sabemos que están colapsando por el egoísmo de unos, la mala planificación de otros, el oportunismo de unos cuantos y sobre todo, la desfachatez de muchos, pero dentro de tantos responsables, sólo unos corresponden a la élite política o administrativa. Mucho del cáncer que nos carcome hoy lo generamos los propios ciudadanos con nuestra propia irresponsabilidad, indiferencia y amparados en la infame frase "eso no me toca a mí". La hora del cambio ha llegado, y ese cambio debe nacer dentro de nosotros, desde lo que decimos, hacemos y elegimos. Y usted... ¿va a seguir quejándose y pidiendo cabezas o va a proponer ideas y actuar como un ciudadano que merece vivir en esta tierra?
Tras un cuadro crónico de migraña, me fui a solicitar una cita a la clínica de la CCSS para que valoraran mi caso. Luego de levantarme temprano y hacer fila por casi una hora, me llevo la sorpresa de sólo se asignaron cerca de quince espacios para atención en la mañana, lo que prácticamente me deja sin oportunidad de atención. Pero, ¡oh sorpresa! varios minutos antes de que me entere de esta situación, un médico pasa al área de recepción a "dejar unos papeles" para un fulano -beneficiándole con un espacio para atenderlo-. Tal práctica ya es constumbre en este mismo médico, pues la semana anterior hizo lo mismo frente a mi mamá, solicitando una cita para un "amigo suyo" que se presentó in promptu a media mañana. Como podrán ver, el tráfico de influencias también viste gabacha blanca, pues ya la prenda no es exclusiva para quien atiende a pacientes, sino también para administrativos (#sarcasmo).
Sin embargo, este no es el único caso que me deja con un mal sabor de boca. Esta misma semana, mi hermana madruga para ir a solicitar una cita con un especialista en el hospital y cuando llega, tras de que la "recepcionista" no puede asignarle la cita ni realizarle la apertura de su expediente, le dice que tampoco puede darle el comprobante de atención para que justifique su llegada tardía al trabajo, porque ella no hizo nada. ¿Han visto ustedes alguna vez un nivel de egoísmo y falta de respeto tan grande en una ventanilla del Seguro? De verdad que hay gente que no trabaja; simplemente están sentados esperando recibir un cheque cada quincena.
Y la tercera prueba de que en Costa Rica ya impera la mala voluntad es la siguiente: espero el bus en La Uruca, es hora pico (5 pm), a la distancia se escucha la sirena de una ambulancia, frente a Abonos Agro se hacen tres carrilles para bajar a la Pozuelo (los carros invaden la isla amarilla), la sirena sigue sonando pero la ambulancia no puede pasar, se queda en medio de la presa porque los choferes que quieren dar campo no pueden y los que pueden no se mueven, y cuando finalmente encuentra un espacio, uno de los carros adelanta para aprovechar el espacio... Mi cara es de incredulidad y una señora a mi lado justifica lo que pasa diciendo "es que las ambulancias se aprovechan y ponen la sirena para comerse la presa". En ese momento ya me ponía a discutir un poco cuando apareció otra ambulancia con una sirena aún más fuerte. Era evidente que ambas llevaban pacientes de urgencia. Yo me pregunto a este punto: es válido imposibiltar la salud o vida de otra persona por el simple hecho de suponer que el chofer de la ambulancia es un "vivazo" que quiere ahorrar tiempo? (Y aun si quisieran comerse la presa, es necesario que las ambulancias siempre estén en el punto de salida -hospital o clínica- para poder atender la emergencia cuando esta presenta). Esa es una acción irresponsable!!! Podríamos contribuir a que un paciente muera... Y ese paciente podría ser familiar o conocido nuestro. Por favor, no generalicemos el mal comportamiento. No caigamos en esta otra forma de corrupción casi homicida.
Ya mucho se ha hablado de las crisis que enfrentan las instituciones públicas en nuestro país. Sabemos que están colapsando por el egoísmo de unos, la mala planificación de otros, el oportunismo de unos cuantos y sobre todo, la desfachatez de muchos, pero dentro de tantos responsables, sólo unos corresponden a la élite política o administrativa. Mucho del cáncer que nos carcome hoy lo generamos los propios ciudadanos con nuestra propia irresponsabilidad, indiferencia y amparados en la infame frase "eso no me toca a mí". La hora del cambio ha llegado, y ese cambio debe nacer dentro de nosotros, desde lo que decimos, hacemos y elegimos. Y usted... ¿va a seguir quejándose y pidiendo cabezas o va a proponer ideas y actuar como un ciudadano que merece vivir en esta tierra?
Acción que inspira
Esta es una charla cortísima e inspiradora. Simon Sinek explica el origen del éxito de grandes hitos de nuestro tiempo mediante el "Círculo Dorado"; un método simple que parte de tener una visión concreta y comunicarla con sinceridad. IMPERDIBLE.
domingo, 2 de septiembre de 2012
10 cosas que me encantan
No me había olvidado de este post; es que no pude escribirlo antes. Es justo que después de escribir las cosas que más odio, escriba un pequeño detalle de lo que sí me gusta. Así que mi lista de cosas preferidas en la vida es la siguiente:
- #cosasquemeencantan 1: Las mañanas soleadas con el cielo azul y nubes blancas.
- #cosasquemeencantan 2: Un abrazo sincero y cariñoso (aunque el preferido es el de mi mamá, pero también incluye las caricias de mi perro).
- #cosasquemeencantan 3: Leer un buen libro en las tardes de verano, acompañada del canto de los pájaros.
- #cosasquemeencantan 4: Dormir calientita en las tardes y noches de lluvia intensa.
- #cosasquemeencantan 5: Saborear un delicioso milkshake de pistachio de POPS (yummy :D).
- #cosasquemeencantan 6: Acompañar mi día con música (80's, 90's, Pop,Rock, Plancha, Clásicos, lo que me energice más).
- #cosasquemeencantan 7: Una conversación con sentido entre café y galletas.
- #cosasquemeencantan 8: Sentir la suave brisa y la corriente del agua en mi cara (¡cómo me llenan de vida!).
- #cosasquemeencantan 9: Disfrutar las hermosas estampas y vistas de la naturaleza y geografía de mi país.
- #cosasquemeencantan 10: La sonrisa de mis papás y mis hermanos :D.
- #cosasquemeencantan BONUS: Leer, escribir y aprender cada día!!!
lunes, 6 de agosto de 2012
10 cosas que odio
Comienzo con algunas cosas que me molestan, aunque definitivamente hay más. Pronto señalaré algunas de las 10 cosas que amo también; hay que tener un justo balance.
- #cosasqueodio 1: que los derechos humanos se hayan vuelto un cuento que muchos usan para justificar lo injustificable y hacer lo que les viene en gana.
- #cosasqueodio 2: que porque muchos odien la religión y las faltas de algunos irresponsables, tenga que soportar sus comentarios soeces contra mi fe. No todos somos retrógradas, abusadores o ladrones...
- #cosasqueodio 3: que una gran porción de la sociedad exija respeto y no lo dé. Tanto derecho tiene usted a tener su opinión como yo a tener la mía.
- #cosasqueodio 4: que Costa Rica sea protagonista de un escándalo -vergonzoso o no- y algo no memorable tenga 15 segundos de fama en CNN, cuando gente que merece ser destacada por logros es ignorada, o peor si son personas con necesidades realmente especiales y vitales que deben ver cómo sobrevivir
- #cosasqueodio 5: que aspiremos a vivir en una sociedad desarrollada con las mismas actitudes que nos mantienen como tercermundistas (crítica sin propuesta ni acción para avanzar, espera de respuestas y soluciones caídas del cielo, primadonnismo, arrogancia y sentido de superioridad, entre otras).
- #cosasqueodio 6: que se le rinda pleitesía a quienes sólo buscan ser idolatrados.
- #cosasqueodio 7: trend thinkers, o más bien “lame trend thinkers” que creen que son tan cool, modernos, progresistas y librepensadores por seguir corrientes sin informarse o comprender remotamente el tema en cuestión.
- #cosasqueodio 8: gente que obstaculiza y entorpece el avance y el progreso, ya sea del país o simplemente que bloquea el paso en la calle.
- #cosasqueodio 9: tener 79 canales de TV por cable (incluidos 10 locales y dos de monitoreo de programación y tránsito) y que menos de la mitad sean medianamente interesantes.
- #cosasqueodio 10: tener que pagar por las “clases” casi autodidactas de un programa de licenciatura, que se supone enriquecería mi carrera profesional (igual hay que terminarlo, porque a brincos y a saltos obtengo algunos indicios de nuevos conocimientos, aunque luego tenga que ver cómo aclaro o profundizo).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)