jueves, 16 de marzo de 2017

Comprensiones repentinas

No son epifanías, tan solo componen una lista de conclusiones aleatorias que destellaron en mi cabeza en los últimos días.


Desde hace un par semanas quiero escribir en mi diario de gratitud algunas cosas que he ido interiorizando recientemente; algunas con más sorpresa que otras, otras con más pensamiento racional, pero al fin de cuentas todas con mucha humildad y reflexión. Pero preferí dejarlas acá como un compromiso conmigo misma que no puedo volver a obviar.
  1. Soy una enamorada de la vida, y tan sólo el hecho de respirar profundo y ver la luz del sol me inspira poderosamente.
  2. Nunca he tenido un objetivo definido en la vida más que a) ser feliz, b) hacer feliz a quienes quiero, 3) hacer el bien y no inmiscuirme en lo que no tiene que ver conmigo.
  3. No sabía que en realidad podía llegar a motivar y a alentar a otras personas en momentos clave (aunque yo lo desconozca) con cosas tan sencillas como un buen post, un comentario en Facebook, una imagen en Instagram... A veces creo que más que poner cosas interesantes, el corazón y la intuición le dicen a uno: “ponelo, a alguien le servirá”.
  4. Hay algo en mí que emite confianza y cercanía en los demás, aún cuando no me lo proponga, y eso significa que estoy haciendo las cosas bien como persona.
  5. Tengo mil intereses en la vida, pero nos los puedo desarrollar todos porque cuando tomo uno, me apasiono y me sumerjo a profundidad…
  6. Necesito el poder reparador del silencio diario, en parte porque me ayuda a ordenarme, tener claridad y tranquilizarme, pero también porque aprovecho mejor mi tiempo.
  7. He aprendido a dejar de sobrepensar las cosas y a confiar más en mi análisis inmediato e intuición, y desde entonces me angustio menos.
  8. Con demasiada frecuencia la gente habla y critica por una necesidad de aprobación y superioridad, pero pocas veces realmente se detienen a pensar si lo que dicen o dicen aprobar tiene sentido y es concordante con sus convicciones.
  9. Pensar diferente o incluso no ser parte del montón a menudo trae incomodidades para uno mismo, pero si uno es valiente y leal consigo, crecerá en respeto propio y no hay mayor riqueza.
  10. La noche sana y supera casi todo. Al final del día solo hay que ver cómo podemos ser mejores a la mañana siguiente, descansar y poner todo en las manos de Dios con fe y esperanza.

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